martes, junio 29

Tu diagnostico es… Lechina

Hoy es un día como pocos, en toda mi vida laboral nunca he faltado al trabajo, porque faltar significa acumular tareas, perderme acontecimientos que suelen pasar justo cuando uno no va, y entre otras cosas.

Pero por fuerza mayor tendré que faltar 15 días, que para algunos les sonaría a unas pequeñas vacaciones, cine, teatro, conciertos, fiestas, entre otras cosas, pero para mí ¡¡¡No!!! Porque con la enfermedad que tengo no puedo salir al mundo exterior, para evitar contagiar a más personas, aunque desde las 6 de la tarde muchos amigos del trabajo me están llamando para decirme si pueden traer a sus hijos, porque quieren que les pegue esta enfermedad.

Porque para ellos lograr que sus hijos tengan lechina, les asegura que de grandes serán inmunes, pero con los aminos de perros que tengo, dudo mucho que alguna quiera traer a alguno de sus hijos, ya que pueda ser que les contagie aparte de la lechina rabia.

Y es que la frustración me está comenzando a invadir, porque no se qué voy hacer 15 días encerrada en mí casa sin ver el mundo exterior; y es que no salir de casa para una persona solitaria implicaría el mejor regalo, pero para mí significa:
  • Perderse los estrenos de las películas.
    • Perder mi capacidad para movilizarme con el transporte público y de negociación con el cobrador y chofer para que me cobren 1.20 en lugar de 1.50.
    • Perder la oportunidad de usar el lentopolitano antes que desaparezcan por tanto choque.
    • Perder la oportunidad de usar mi frase “me pareció ver un bichito” con el fin de tomarme una gaseosa.
    • Perderme las conversaciones alocadas con la intima de la oficina “luchito”.
    • Perderme de las explicaciones filosóficas de Sandra sobre él porque los hombres son tan perros y las mujeres tienen complejo de huso.
    • Perderme de las lecturas gratis de futuro con galleta soda de Pedro, porque la baraja española no es nada al lado de la soda y más aun si son con sabor a mantequilla, son más acertadas.
    • Perderme ver las fotos de los hijos propios, ajenos, prestados, del carnicero, lechero, panadero, que ya sea por decisión propia o amor a la propietaria les toco cuidarlos, y que con orgullo hoy los lucen.

    Me perderé de eso y de las demás cosas que como dije antes JUSTO PASAN CUANDO UNO NO ESTA, y aunque te lo cuenten no es lo mismo.

    Porque gracias a esta enfermedad y mi anemia e infección estomacal, estoy condenada a 15 días de lucha, aburrimiento y uso excesivo de la creatividad, así que pido por adelantado disculpas por las siguientes notas, ya que no me hago responsable por los cambios de humor que pueda tener… y las consecuencias que pueda traer consigo.

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